Sobre padres e hijos: El masaje Shantala

Sobre padres e hijos: El masaje Shantala

Hace un tiempo hablamos sobre la importancia de las caricias desde los primeros momentos de vida del bebé. Decíamos que esto se debe a que nos construimos a partir del contacto con el otro, no solamente un contacto afectivo sino también físico, y en esos primeros tiempos, principalmente físico.

El origen del masaje Shantala

Alrededor de 1950 un ginecólogo francés llamado Frédérick Leboyer, observó en Calcuta que una mamá calmaba a su bebé mediante un masaje. Puso su atención en este masaje porque notó que no era cualquier masaje; era sistemático, repetitivo, con movimientos ordenados.

A medida que avanzaban los movimientos de la mano del madre sobre el pequeño, éste se calmaba, al punto que terminaba con el niño dormido. Esta mamá se llamaba Shantala, por eso este masaje también lleva su nombre. En una comunidad en la que el hambre muchas veces desataba el llanto de los niños,  este método los adormecía, los calmaba, permitiendo que pudieran esperar un poco más hasta la hora de la comida.

  Este masaje forma parte de un arte milenario, de origen hindú que refuerza el vínculo mamá-bebé centrándose en las caricias. Más allá de la realidad en la que este masaje ha surgido es importante resaltar que tiene una validez absoluta en los bebés, en los niños y hasta en los adultos.

Preparamos el ambiente y el lugar

A los fines explicativos y de divulgación vamos a expresarnos en términos de “díada mamá-bebé” pero cabe aclarar que un padre es perfectamente capaz de hacerlo, así como cualquier adulto encargado del cuidado del niño. 

Como decíamos, nos vamos construyendo como personas a partir del contacto físico, y esto es tan importante que no sería exagerado decir que los niños que no son acariciados pueden morir. Pues bien, precisamente en ese hecho radica la importancia y la utilidad de este método, ya que consiste principalmente en el contacto físico: el bebé sobre las piernas de la mama y las manos de la mama recorriendo al bebé. Los movimientos son lentos, pero con cierta firmeza. Y todo el tiempo el contacto visual mantiene unida a la díada.

Para comenzar es importante que sea un momento de tranquilidad, debemos contar con entre diez y quince minutos, si es posible sin interrupciones y alejado de la comida. El ambiente debe ser cálido ya que el niño estará completamente desnudo y no debe pasar frío.

Para realizar el masaje vamos a usar algún aceite. En la India emplean aceites naturales como el de coco, pero también puede usarse un aceite hipoalergénico, de esos que hay para bebés. Cabe agregar que al relajar al pequeño, es muy factible que éste haga pis, por lo que hay que tomar precaución al respecto.

Algunos recomiendan el silencio. Es decir, efectuar el masaje solo concentrándose en los movimientos y en el contacto. Sin embargo, desde Afectos, pensamos que lo mejor es la estimulación integral de los sentidos. El aroma suave del aceite, el contacto piel con piel, la mirada mamá-bebé permanente y la voz de la mamá. Quizás una nana, o una canción cualquiera muy suave. O simplemente hablando.

Comenzamos por el pecho

Shantala El arte tradicional del masaje de los niños
Shantala – El arte tradicional del masaje de los niños: Comenzamos por el pecho.

El masaje comienza en el pecho. Manos juntas en el centro del pecho y moviéndose hacia los lados en direcciones opuestas. Siguiendo la linea de las costillas. Lento. Suave. Repitiendo el movimiento tres o cuatro veces.

Shantala El arte tradicional del masaje de los niños
Shantala – El arte tradicional del masaje de los niños: costado y hombro

El siguiente recorrido comienza en uno de los costados del pequeño y continúa hasta el hombro opuesto. Si empezamos por el lazo izquierdo terminamos en el hombro derecho. En esta ocasión las manos van una detrás de la otra en la misma dirección, primero hacia el hombro derecho, tres o cuatro veces muy lento y luego, desde el costado izquierdo hacia el hombro derecho. Es muy importante que a lo largo de todo el proceso la velocidad sea siempre la misma, sin variaciones. 

El turno de los brazos

Shantala El arte tradicional del masaje de los niños
Shantala – El arte tradicional del masaje de los niños: los brazos

Luego pasamos a los brazos. Extendemos uno de los brazos del pequeño y cerramos la mano a su alrededor. Comenzamos desde el hombro deslizando una mano primero y luego otra hasta llegar a la manito del bebé. Subimos y bajamos por el bracito siempre a la misma velocidad, y acentuando la presión con delicadeza, entre tres y cuatro veces.

Shantala El arte tradicional del masaje de los niños
Shantala – El arte tradicional del masaje de los niños: 2º movimiento en los brazos, la torsión.

El siguiente movimiento es una especie de torsión que se realiza con ambas manos a la vez, colocadas una junto a la otra, envolviendo el brazo, y moviéndose en sentido contrario una de la otra. Comenzando en el hombro hasta la mano del niño, y en la muñeca nos detenemos quizás un poco más que en el resto del brazo. Repetimos de tres a cuatro veces, primero en un brazo y luego en el otro, los mismos movimientos, el mismo tiempo. De la muñeca pasamos a la mano.

Shantala El arte tradicional del masaje de los niños
Shantala – El arte tradicional del masaje de los niños: los deditos

Vamos a usar los pulgares para recorrer la palma y de ahí hacia los dedos, tomando cada dedito suavemente como si acarreáramos algo desde la palma hasta la punta de los dedos. Dedo por dedo, repitiendo el movimiento tres o cuatro veces. Procurando que el procedimiento se haga en ambas manos igual.

La pancita y piernas del niño

Seguimos con la pancita. Aquí los movimientos van de un lado al otro, en forma perpendicular al cuerpo del niño, comenzando desde la última costilla, una mano detrás de la otra, desplazándonos palmo a palmo hasta el bajo vientre. Repetimos tres o cuatro veces, como siempre, con la misma velocidad.

Shantala El arte tradicional del masaje de los niños
Shantala – El arte tradicional del masaje de los niños: las piernas
Shantala El arte tradicional del masaje de los niños
Shantala – El arte tradicional del masaje de los niños: las piernas
Shantala El arte tradicional del masaje de los niños
Shantala – El arte tradicional del masaje de los niños: las piernas

Para las piernas vamos a hacer lo mismo que en los brazos, los mismos dos movimientos, reforzando en los tobillos y el talón especialmente con cierta presión y dedicación. El pie, al igual que la mano, se recorre la planta con los pulgares. Siempre repitiendo tres o cuatro veces, y luego pasando a la otra pierna y efectuando el procedimiento de la misma forma. 

La espalda

Shantala El arte tradicional del masaje de los niños
Shantala – El arte tradicional del masaje de los niños: La espalda

Terminados los pies volteamos al pequeño boca abajo, perpendicular sobre nuestras piernas, con la cabeza hacia nuestra izquierda y los pies hacia nuestra derecha. Vamos a masajear la espalda comenzando en los hombros con las manos planas y con un movimiento como el que haríamos con un palo de amasar.

Shantala El arte tradicional del masaje de los niños
Shantala – El arte tradicional del masaje de los niños: de los hombros a las nalgas

Nos vamos a ir desplazando de manera transversal desde los hombros palmo a palmo hasta las nalgas. Luego desde las nalgas hasta los hombros y volveremos a comenzar. Siempre una mano detrás de la otra, simulando olas, y repitiendo el movimiento tres o cuatro veces.

Shantala El arte tradicional del masaje de los niños
Shantala – El arte tradicional del masaje de los niños: de la nuca a las nalgas
Shantala El arte tradicional del masaje de los niños
Shantala – El arte tradicional del masaje de los niños: de la nuca a las nalgas

El siguiente movimiento es solo con la mano izquierda desde la base de la nuca hasta las nalgas. Lento y con cierta presión, pero suavemente. Con la mano derecha sostenemos al bebé para que no se deslice con el masaje. En este caso, al llegar a las nalgas salimos del cuerpo del bebé y recomenzamos en la nuca una vez más, no volvemos sobre la espalda del niño. El movimiento es siempre de la nuca a las nalgas. Este movimiento lo repetimos también de tres a cuatro veces, siempre haciéndolo de la misma manera.

Shantala El arte tradicional del masaje de los niños
Shantala – El arte tradicional del masaje de los niños: piernas parte 1
Shantala El arte tradicional del masaje de los niños
Shantala – El arte tradicional del masaje de los niños: piernas parte 2

El último movimiento es similar al anterior pero llega hasta los pies del pequeño. Abarcando ambas piernas con la mano izquierda y sosteniendo con la mano derecha las piernitas estiradas. Repetimos como siempre de tres a cuatro veces.

El rostro

Shantala El arte tradicional del masaje de los niños
Shantala – El arte tradicional del masaje de los niños: el rostro (parte 1)
Shantala El arte tradicional del masaje de los niños
Shantala – El arte tradicional del masaje de los niños: el rostro (parte 2)

Para finalizar volteamos nuevamente al niño, ahora nuevamente lo ponemos paralelo a nuestras piernas, sobre nuestros muslos y retomamos el contacto visual. Vamos a masajear su carita.

Comenzamos por el centro de la frente y nos movemos hacia ambos lados a la vez. Volvemos hacia el centro y, marcando las cejas, nos abrimos hacia los lados. Llegamos a las sienes y bajamos alrededor de los ojos y las mejillas. Bordeamos la nariz con los pulgares desde la base hasta el entrecejo y bajamos. Bordeamos la comisura de la boca y recorremos la parte baja de las mejillas, llegando hasta el cuello tras las orejas.

Para este momento el niño suele estar dormido.Si se ha usado aceites y notamos que han quedado restos en el cuerpo del niño, es apropiado darle un baño muy suave y continuando los movimientos del masaje. Si no hemos usado aceites, o si no observamos restos en la piel del niño, podemos simplemente acostarlo y dejarlo dormir.

A tener en cuenta

Cabe agregar que si bien el masaje está sugerido para unos 15 minutos aproximadamente, podemos extender el tiempo, según notemos que sea necesario. Es decir, si vemos que el niño está algo exaltado y con el masaje de pies se calma, podemos detenernos en ese movimiento, y en lugar de hacer cuatro repeticiones podemos hacer ocho o diez.

Siempre los movimientos deben ser lentos, suaves y aún si aplicamos cierta presión, ésta debe ser natural y responder a las reacciones del niño. La regla es disfrutar, que la díada disfrute de esos minutos de exclusividad absoluta.

FUENTE

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