Sobre las compulsiones
Actualmente los trastornos mentales ocupan gran parte de las charlas cotidianas a nuestro alrededor. Ya hablamos en otro apartado sobre las problemáticas que esto puede llegar a traer en casos severos como por ejemplo el trastorno bipolar. No obstante, encontramos que problemáticas como las compulsiones parecen estar naturalizadas y pronto forman parte de la vida cotidiana de la gente.
En estas líneas queremos dejar en claro la relevancia que estas compulsiones tienen para las personas, principalmente cuando afectan su vida cotidiana inhabilitando su desempeño diario, o bien avergonzándolos al punto de afectar considerablemente su vida social.
¿Qué es la compulsión?
Para comenzar vamos a definir compulsión como esas acciones repetitivas que ciertas personas realizan, aparentemente sin razón alguna, pero con una necesidad incontrolable de realizarlas. Puede tratarse de acciones o bien de frases que las personas dicen, pero estas acciones y estas frases tienen la particularidad de que siempre deben ser realizadas (o dichas) de la misma manera, cada repetición es igual a la anterior. Por esta razón suele hablarse de rituales.

La obsesión
Decíamos entonces que parecería que estas compulsiones no tienen una razón de ser, que no hay una causa, que no hay un motivo. Pareciera que la persona se lava las manos veinticinco veces al día sin razón alguna. Pero esto no es así, porque estas acciones compulsivas están asociadas a ciertos pensamientos intrusivos, involuntarios, que invaden la mente de la persona generando altos niveles de ansiedad. Estos pensamientos intrusivos son las llamadas obsesiones.
Una persona “obsesionada” con los gérmenes será invadida constantemente por la idea de que hay gérmenes en todos lados generándole altos niveles de ansiedad y la necesidad de hacer algo por evitar esos gérmenes. De esta manera, la persona se lavará las manos cada vez que toque algo y lo hará siempre de la misma manera.
El aislamiento
Cuando estás compulsiones, ritualizadas, no pueden realizarse por alguna razón, es decir, la persona está en un lugar en el que ha tocado algo y no tiene forma de lavarse las manos, la ansiedad que se genera no tiene forma de aplacarse. La persona, que conoce esta limitación que tiene y sabe que ante esta situación sus niveles de estrés podrían llegar a hacerla colapsar, evita entonces, voluntariamente, exponerse a esta situación. Y así se van reduciendo las diferentes interacciones sociales limitando poco a poco la cotidianidad.

Sumado a esto, tenemos también la escasa tolerancia del entorno, que muchas veces también provoca que la persona que padece este trastorno se aísle para evitar burlas, críticas, y falta de comprensión.
En algunos casos, quizás no sea tan evidente la obsesión o la compulsión, pero podemos notar en alguien de nuestro círculo que tiene una forma muy particular de hacer las cosas. Por ejemplo para preparar el mate lo hacen siguiendo siempre el mismo guion, para guardar las cosas las guardan siempre de la misma manera y en el mismo lugar. Son estas personas las que, cuando alguien cambia algo de lugar, enseguida se alteran y se muestran muy afectadas. Burlarse en este tipo de situaciones, de este tipo de particularidades puede ser muy contraproducente en la medida en que quien padece este trastorno puede sentir que no encaja socialmente.
La importancia de la evaluación psicológica y la terapia
Muchas personas pueden ser altamente funcionales aún teniendo estas ideas obsesivas, estas conductas compulsivas, solo necesitan poder realizar sus rituales para que todo esté bien. En otros casos, por el contrario, la vida diaria se ve muy afectada y reducida, son casos que tal vez requieren una evaluación psicológica profesional que oriente un tratamiento adecuado.
La Terapia Cognitiva-Conductual (TCC) es una de las psicoterapias que están muy bien posicionadas a la hora de obtener resultados positivos y mejoras en la calidad de vida de las personas que padecen ideas obsesivas y compulsiones. Principalmente la técnica de Exposición y Prevención de Respuesta. Con esta técnica el paciente es expuesto a la situación estresante (exposición) de manera controlada y comenzando por un nivel de intensidad mínimo; y a su vez se intenta lograr, con la guía profesional adecuada, evitar la conducta compulsiva (prevención de respuesta) que funciona como compensación de la ansiedad que genera la idea intrusiva. El tiempo va variando de paciente en paciente, pero por lo general no excede la hora. Otro de los tratamientos que se emplea es el medicamentoso. La medicación suele proporcionar muy buenos resultados. Y suele combinarse con psicoterapia para un efecto mucho más amplio y prolongado.
Cabe aclarar que todos podemos tener ciertos rituales a la hora de hacer algo, y esto no necesariamente responde a ideas obsesivas. Muchas veces solo son costumbres que van pasando de generación en generación, o bien simplemente son formas placenteras de hacer las cosas.
En todo caso, es bueno recordar que cuando notemos algo de esto en nosotros o en alguien cercano, que alcanza niveles preocupantes de incidencia en la calidad de vida, lo mejor es consultar con profesional que realice un diagnóstico y proponga el tratamiento más adecuado.

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