No hay nada más terrorífico que enfrentarse a un folio en blanco y pensar en el comienzo de una historia. Especialmente, cuando esa historia tiene que ver con un tema tan controversial como es el esoterismo, la magia, lo oculto, o lo que algunos determinan llamar brujería.
¿Qué es una bruja?
Es una palabra que asusta, porque cuando hablamos de brujos, brujas, hechiceros y hechiceras, nuestra mente se va con total y absoluta seguridad a la Edad Media, donde se quemaron en las hogueras a muchas mujeres, que poco o nada tenían que ver con la brujería, hechicería o el chamanismo. De hecho, me atrevería a decir que muy pocas brujas o ninguna (al menos no una bruja auténtica), se quemó por aquel entonces porque en definitiva se utilizó esta excusa para resolver de una manera tajante y definitiva, conflictos de intereses que surgían entre personas rivales, vecinos, convivientes, etcétera.
Si acudimos a la antropología para definir este término y con indiferencia de las diferentes tendencias paganas o religiosas una bruja es una persona que tiene una serie de facultades especiales que generalmente suelen ser de carácter hereditario y ello le confiere habilidades para realizar alquimia en sus rituales. Entre estas habilidades se podría mencionar la videncia, clarividencia, sanación y un amplio conocimiento y manejo de la energía. Además, son inherentes a la persona de tal forma que aunque ella quiera evitar el uso o no sea practicante de la brujería como tal siempre van a estar ahí.
La connotación que tiene la palabra bruja o la palabra brujería es muy negativa porque a través de los siglos y especialmente a raíz de la persecución de la Santa Inquisición se las dibujó como seres malignos, adoradoras de Satán y propagadoras de grandes males pero nada más alejado de la verdad.
En tiempos antiguos era común que en las aldeas hubiera personas, generalmente mujeres, aunque tampoco era inusual encontrar algún varón dedicado a la sanación por ejemplo, que se ocupaban de la salud de las gentes de su aldea, eran grandes conocedoras de las hierbas y sus propiedades para sanar y con estos elementos de la naturaleza preparaban remedios para tal fin.
Por otra parte no sólo se ocupaban de la gente sino también de los animales, con rituales y bendiciones y por otro lado también era usual que tuvieran el don de la videncia y con ello fueran consejeras también de su comunidad a través de sus profecías, augurios etc.
La marca de la bruja
Los dones de las brujas, pasan generalmente de generación en generación por línea materna y también es común que haya una “señal” grabada en la piel al nacer del bebé y que suele desaparecer u ocultarse a las 9 lunas de vida y que identifica a la estirpe de la bruja.
Si después de ese tiempo la “marca” no desaparecía era preciso hacer un ritual para que desapareciese. Lamentablemente, este conocimiento ha ido desapareciendo a lo largo de los siglos porque por causa de la persecución en la Edad Media, el conocimiento que por lo general era transmitido de boca a boca, al ocultarse y disgregarse para escapar de la Inquisición favoreció la pérdida.
Es evidente que en este momento hablo de lo que yo considero “brujas genéticas” que portan en su ADN conocimientos y capacidades de otras vidas y estos conocimientos y experiencias acumuladas en su ADN vibran en una determinada frecuencia.
Esta vibración energética es diferente para cada una de ellas, si pudiéramos compararlo con algo sería sin duda con la música, unas funcionarían a nivel de una vibración instrumental única y otras funcionarían a nivel de una orquesta sinfónica con todo su poder, todo su potencial desarrollado y funcionando al máximo.
Una bruja debe instruirse
A pesar de que el conocimiento de una bruja genética está en su ADN y se transmite a nivel generacional, es preciso que esa bruja se instruya, que aprenda, que estudie intensamente porque el conocimiento adquirido aumenta y potencia su sabiduría y si además lleva una conducta apropiada en su comportamiento siguiendo las reglas (si, hay que seguir las reglas de su hermandad) también verá aumentado su poder y además favorecerá a todo el clan.
Si una bruja se desvía (lamentablemente en todas las familias y en todos los cocidos hay garbanzos negros) su poder disminuye y a su vez pierde el reconocimiento de sus hermanas, incluso es posible que la aíslen de la comunidad para que sus vibraciones no afecten al resto de la hermandad. Con ello, hago hincapié en lo importante que es respetar la estirpe, los ancestros, las reglas de la hermandad y la misión de cada una.
Una bruja no es ni buena ni mala, simplemente es una persona justa y a veces esa justicia es complicada determinar y como se suele decir no siempre llueve a gusto de todos.
El honor de una bruja
Algo que se ha perdido en los tiempos actuales es “el honor” entre brujas, las “neo-brujas” o “pseudo-brujas” más bien, hacen lo que les parece, cuando les parece, sin respetarse entre ellas y hay algo que una verdadera bruja debe entender: “El poder de una es el poder de todas” y “el poder de una es el que les falta a todas”, y justamente por esto las brujas deben ayudarse entre ellas, deben protegerse entre ellas y sobre todo “entre brujas no se pisan la escoba”.
¿Cómo he llegado hasta aquí?
El camino no ha sido ni corto ni simple, y se remonta a la cuna misma. Tengo recuerdos de cuando dormía en la cuna. Creo que lo primero que vi y que logro conectar con la trayectoria espiritual que sigo en la actualidad, fueron ángeles, y creo, que como casi todas las personas que viven entre dos mundos, a medida que fui creciendo tenía la firme convicción de que no pertenecía a este mundo, este no era mi lugar, y podía pasarme horas escudriñando el cielo entre las estrellas buscando mi hogar.
Suena loco ¿verdad?
En mi familia hay antepasados de chamanes, curanderos, y el arte de leer las cartas para mí era tan familiar y común como para ti desayunar cada mañana. Estuvo presente desde siempre.
Tengo mi marca, más no pertenezco a ningún clan, grupo, hermandad, etc. Si necesitas una etiqueta, puede ser “bruja solitaria”.
Manifiesto de una Bruja
(una noche mágica cualquiera de las muchas que viví a lo largo de los años)
Lucen las primeras luces del ocaso del día en el cielo, dándole un color anaranjado a medida que el sol se va recogiendo.
La noche está fría. La noche está húmeda.
Y mientras veo caer el negro nocturno arropando el firmamento anaranjado, en una danza sinuosa de luces y sombras, lleno despacio y lentamente del aire fresco de la incipiente noche mis pulmones. Y mientras lo voy soltando en un intento de desalojar de tensiones acumuladas mi interior, fijo mi atención en el reflejo del enorme pentáculo de la pared en el cristal de mi ventana…
Mi pensamiento se detiene por un instante acariciando antiguas dudas… Me llaman Bruja y a pesar de que he recorrido un largo camino y los años han hecho escuela en mí, aún no he logrado definir esa palabra.
Los humanos tenemos esa costumbre. Tenemos que poner etiquetas a todo, y guardarlo todo de manera ordenada en cajones perfectamente etiquetados… y si no encajas en alguno de esos cajones, eres un ser marginado.
En ocasiones siento que no pertenezco a este mundo y que mi mente va a 1000 revoluciones por minuto y el resto de la humanidad pareciese ir a cámara lenta… Es el momento del retorno a la naturaleza, a sentir, oler, cargarse y renovarse con las energías de mis amadas plantas y de mi amada Madre Tierra, con la energía del agua, con la energía del viento, con la energía de los animales… A veces me entiendo mejor con ellos que con los humanos.
Y contemplo la luz de la luna y mi interior vibra, vibra tanto que me siento renacer de nuevo y mi Luz Interior se crece, se energiza y conecta con el universo entero, con la luna, las estrellas y más allá… con la energía primigenia universal, y a través de mis pies con la energía telúrica de la Madre Tierra. Y me siento bien, me siento grande, me siento una que forma parte de un todo y en ese momento hay tanto amor…
Mi gata me mira con sus verdes ojos enormes y me consiente. Sus pupilas se dilatan y ambas estamos conectadas. Todo es posible. En ese momento todo adquiere una dimensión diferente, estoy en un plano que va más allá de la pura fantasía, donde la energía que muevo y se mueve obra maravillas.
En ese momento mis ojos perciben todo lo que me rodea con los matices propios de cada ser vivo, destellos y luces de colores. Todo tiene vida propia, energía que sana o daña pero energía al fin y al cabo.
Es en ese momento cuando comprendo que no se puede poner una etiqueta a lo que soy, ni a lo que hago, ni a lo que siento, porque sería poner límites a la grandeza y a la generosidad que nos es regalada y además, hace mucho que decidí cortar las sogas que me asfixiaban.
Soy mujer, soy amante, soy madre, soy hermana, soy Diosa, soy un alma, soy una energía hilarante, soy energía que sana, energía que fluye con todo y contigo. Soy energía que se abre camino y pisa entre diferentes planos de existencia. Soy Una, Soy Todo. YO SOY LO QUE SOY.
Que la noche y la luna os sean propicias.

- La olla embarazada - mayo 9, 2025
- Atado a tu amor de Chayanne | Letras de canciones en español con video - mayo 8, 2025
- ¡Esto es la leche! Las mil y una formas de usar ‘leche’ en España - mayo 5, 2025