Llueven rosas, mi amor, al recordarte.
Inundan mi corazón, y no sabría decir
si de dolor o alegría tiembla al sentir
que aún tiene sed y añoranza de amarte
Vuelven los aromas anclados en el pasado.
Llega la primavera al cenit de mi vida,
y en el iris marchito de mis ojos cansados
estrellas de mil colores danzan nuestra melodía.
Melodía de pasión marcada por mis latidos
fundidos en el sabor añejo de besos tuyos,
que en otrora, otro sueño, quedaron cautivos
en este amor mío dormitando entre susurros.
Y aunque ha llegado el invierno a mi jardín,
y el frío lóbrego pisa inexorable la última antesala
de mi existencia, el calor de tu mirada vuelve a mí
para acompañarme fiel a mi última morada.
Llueven rosas, mi amor, mientras besamos el alba
de un nuevo día. Un día de temores vencidos,
y entrelazados a través de los tiempos, en el alma,
sabrás que te amé… más allá de lo vivido.
Poema escrito el martes 3 de Septiembre del 2002
poemario Jardín en la Niebla

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