Afrodita y Adonis

Afrodita y Adonis

Afrodita y Adonis

Después de que Cronos cercenara los genitales de Urano y los lanzara al mar, se formó el cuerpo de «la surgida de la espuma», una mujer de belleza descomunal, que opacaba a cualquier otra diosa o mortal existente. Así, en las costas de Chipre, asistimos al nacimiento de la Diosa de la belleza, la lujuria y la pasión, Afrodita.

Debido a su inmensa belleza y su irresistible sensualidad, Zeus temía que Afrodita provocase roces y rivalidades entre los otros dioses. Para evitarlo la obligó a casarse con Hefesto, el severo. Este dios de las forjas y el fuego era realmente poco agraciado, feo, rengo y malhumorado. Pero eso no la detuvo puesto que era amante de dioses divinos, con los que engañaba a su horrible marido.

Afrodita sabía de su belleza y que nadie había en el mundo que pudiera opacarla, o por lo menos eso pensó. Cierto día llegó a sus oídos que el rey de Chipre había tenido una hija y este proclamaba a los cuatro vientos que esa niña era el ser más bello del mundo. A la diosa Afrodita no le sentó nada bien esta afirmación y como venganza le mandó una maldición que haría que el rey y su hija, la princesa, mantuvieran relaciones incestuosas. 

Tiempo después, y tras quedar encinta de su propio padre, la joven princesa huyó perseguida por éste, que encolerizado intentó terminar con su imperdonable pecado, asesinándola. Afrodita, sintiéndose culpable por su imprudente decisión, intervino y convirtió a la princesa en un árbol de mirra, del cual nueve meses después nació un bello niño mortal. 

El destino del pequeño era incierto. Para Afrodita las cosas se habían salido de control. ¿Qué iba a hacer ahora con ese pequeño mortal? Después de pensarlo, lo ocultó en un pequeño cofre llevándolo a Perséfone, esposa de Hades y reina del Averno. Le encargó que cuidara de aquel cofre sin nunca ver su contenido. Afrodita había quedado realmente impresionada con el niño y al crecer quería que solo fuese de ella.

Perséfone aceptó y cuidó del cofre, pero con el paso del tiempo la curiosidad pudo más y terminó abriendo el cofre. Al encontrar dentro al bello niño no puedo evitar enamorarse de él inmediatamente. Los años pasaron y el pequeño se hizo un hombre fuerte, que salió de los avernos para convertirse en un distinguido cazador, que viajaba acompañado de dos perros, su arco y su lanza, y era una de las criaturas masculinas más hermosas de la Antigua Grecia.

Afrodita se enteró de la osadía de Perséfone y comenzaron una disputa por la posesión del hermoso joven. Para Afrodita, Perséfone, había roto su compromiso de jamás abrir el cofre, y por este motivo ambas llevaron su caso ante el rey del Olimpo. Zeus de manera salomónica decretó que Adonis debería pasar cuatro meses con Afrodita en la tierra, cuatro en el averno con Perséfone y cuatro meses con quien él desease para que luego pudiera elegir.

Sin embargo, Afrodita no respetó las reglas de Zeus, y se acercó a Adonis, seduciéndolo cada día y llevando su romance a espaldas de Ares(su amante) y Hefesto(su marido). Siempre aconsejaba al mancebo que tuviera cuidado en sus cacerías, ya que no soportaría jamás el perderlo. 

Pero como la verdad siempre sale a la luz, Ares se había enterado ya del romance y decidió ponerle fin con la muerte del joven. Por lo que en una de sus cacerías, Adonis salió en busca de un enorme jabalí, pero la bestia resultó no ser otro que el mismo Ares que atravesado por los celos hirió a Adonis mortalmente en la pierna.

Afrodita pudo escuchar el grito de dolor de su amado y descendió desde el Olimpo llegando únicamente para verlo morir. Cuenta el mito, que de la unión de las lágrimas de Afrodita y la sangre de Adonis comenzaron a brotar mágicamente hermosas flores rojas.

Perséfone estaba feliz, la muerte de Adonis lo llevaba a sus brazos, ya que al descender al inframundo podría disfrutar por la eternidad de la compañía de ese tan deseado mortal. Pero Afrodita volvió a recurrir a Zeus para pedir estar con su joven amado. Entonces Zeus dictaminó que Adonis pasaría desde ese momento seis meses con cada diosa. De este modo Adonis consiguió la inmortalidad, considerándose un Dios gracias a ello.

Se piensa que cuando Afrodita está con Adonis llegan a la Tierra el verano y la primavera y con ellas la vida y la alegría. Mientras que cuando está con Perséfone la Tierra se cubre del hielo y frío del invierno y el otoño.

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