Versos de un levantarse sin ganas
Aún no despuntan las luces por la ventana
y mi cuerpo, mente y espíritu
se abren ya a un nuevo día.
Y sé que debo comenzarlo,
pero la sola idea de apartarme de ti
siembra en mí el deseo de atesorar tus huellas
en mi piel, mente y retinas,
un poco más,
solo un poco.
Inspiro profundamente mientras te contemplo.
La serenidad de tu rostro durmiente
y tu respiración calmada
me invitan a contemplarte, sonriendo,
mientras recuerdo nuestros últimos momentos de anoche.
La tentación de dibujar
con mis dedos tus contornos
es casi un impulso irremediable
y apenas me llego a tu piel, me detengo
no quiero perturbar esos últimos instantes de tu descanso
antes de que suene tu alarma.
Puedo percibir tu temperatura,
el placer del recuerdo de mis manos
recorriéndote lentamente
atrapando bajo ellas las memorias de tus formas,
tus texturas, tu temperatura;
e inevitablemente esas sensaciones
cobran vida en mi cuerpo,
despertándose ansioso de ti,
ávido por cubrirte de nuevo de besos y caricias
que aviven en cada momento
los placeres de nuestros lugares más recónditos.
Me deslizo suave fuera de nuestras sábanas,
y me inclino para depositar un beso en tus cabellos,
mientras te susurro, “buenos días mi amor”
en un rato,
solo un rato,
vuelvo a tus brazos.

Únete a nuestro canal en Telegram y no te pierdas nada
- EL GUERRERO por Jorge Bucay en Cuentos para pensar - septiembre 22, 2023
- Trilogías para la vida - septiembre 20, 2023
- El mito de Escorpio - septiembre 19, 2023