Un día… Solo quería darle las buenas noches

<strong>Un día… Solo quería darle las buenas noches</strong>

Un día… Solo quería darle las buenas noches

Esa noche cerré todo, me bañé y por fin… Por fin… Caí en sus brazos.

Mientras mi rostro se movía entre su cabello alcanzando tu cuello, mis manos la recorrían suavemente. Mi cuerpo, poco a poco, se pegó  al suyo. 

Ella dormía, pero estoy seguro de que pudo sentirme

Tenerla tan cerca es tan bello. No podía dejar de moverme contra su cuerpo suavemente, despacio. Con un movimiento muy delicado.

Me sentía desbordado por ella, lleno… Pero aún así, la ansiaba tanto…

Me acomodé en sus rincones y dejé que mi cuerpo se abriera camino, poco a poco, acompañando mis movimientos. Mis manos dibujaban con delicadeza las formas de su cuerpo. Las conozco de memoria, pero disfruto tanto jugar en ellas. Dejar que tracen caminos de fuego en mis palmas. Su abdomen tibio se estremece cuando las yemas de mis dedos lo atraviesan de norte a sur. Tal vez por la caricia, tal vez porque anticipa mi recorrido.

Su vientre está caliente bajo mi mano, su pubis se eleva cuando mis dedos lo alcanzan. Se mueve de nuevo cuando mis dedos se escabullen entre sus muslos apretados.

Podría dormir así. Deseo dormir así . . . con su cuerpo entre mis brazos, fundido en mi cuerpo y mis dedos acariciándola desvergonzadamente. Con mi boca entreabierta humedeciendo su cuello. Con mi aliento, algo agitado, susurrandole “buenas noches amor” y mi cuerpo, incapaz de quedarse quieto, moviéndose contra ella.

Cerrar mis ojos es fácil… Dejar de sentir es imposible.

Únete a nuestro canal en Telegram y no te pierdas nada

Benicio
Últimas entradas de Benicio (ver todo)

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *