Sobre las autolesiones
Las autolesiones son aquellas heridas que una persona se provoca a sí misma, son conductas que pueden presentarse en cualquier edad, sin embargo, en los siguientes párrafos nos vamos a referir a este tipo de conductas en la adolescencia.
No es extraño, para ninguna persona que esté cerca de adolescentes, notar que algunos de ellos en pleno invierno solo visten una camiseta, o en pleno verano llevan abrigos de manga larga. Sus cabellos de colores, con cortes poco comunes, o por el contrario, todos muy parecidos. No quieren bañarse y obligarlos para muchos padres puede derivar en una batalla campal, así como lograr que cambien su ropa o que la mantengan dentro del guardarropas. Y sí, por eso y algunas cosas más, se suele pensar que los adolescentes son extraños.
En cierta medida lo son. Porque la adolescencia es ese momento en que uno se encuentra con un cuerpo diferente, que se usa de manera diferente y que es visto por los otros de manera diferente. Además, este nuevo cuerpo, siente de manera diferente. Muchos consideran que esta etapa es una transición de la niñez a la adultez, con expresiones como “ya no es un niño” o “es casi un adulto”; cuando la realidad es nada más y nada menos que “un adolescente”, porque la adolescencia es una etapa en sí misma. Una etapa que se vivencia en ese nuevo cuerpo, un cuerpo que cambia, que crece, que vibra; y en el que cada emoción se vive intensamente, la alegría se siente como euforia, la tristeza como cercanía a la muerte. Y es que en esta etapa, la vida y la muerte juegan un papel fundamental.

Es un momento en el que el grupo de amigos es fundamental, para identificarse, para sentir pertenencia, para aprender, para rebelarse. Ser parte es “ser” es “existir” la aprobación y la mirada del par se vuelve determinante. Y, por el contrario, la no aceptación del grupo niega la propia existencia.
Y todo es tan intenso. Sienten que nadie entiende lo intenso que es. Y duele. Las discusiones con sus padres duelen, el bulling duele, el amor duele… y lo que duele, les duele tanto que les resulta insoportable. Muchas veces no hallan la forma en la que puedan lidiar con ese dolor. No saben cómo hacerlo, pero no son los únicos, entre pares siempre encuentran a alguien pasa por la misma situación, se identifican.
Y entonces, entre amigos, o en alguna de las redes sociales, aparece quien dice que si haces tal o cual cosa, sentirás alivio. Hace unos años el reto de la ballena azul, condujo a decenas de adolescentes al suicidio. Y allí van intentando anestesiarse. Por lo general este tipo de actitudes llevan a conductas de riesgo, entre las que pueden mencionarse el delito, las adicciones, o bien las conductas autolesivas.
Estas últimas son aquellas conductas que lastiman el cuerpo pero no van orientadas hacia el suicidio, sino solo a infringirse dolor físico. Un dolor que, como es más breve que el dolor interno que los aqueja, les produce cierto alivio. Y por ser conductas que lastiman el cuerpo, en general, solo superficialmente, pueden ocultarse, y con frecuencia pasan desapercibidas, por el entorno. El cutting es una de las formas en que, actualmente, se manifiesta esta realidad y consiste en realizar cortes en la piel. Suele ser en los antebrazos, precisamente en la muñeca, y en algunos casos también en los muslos.
El adolescente corta el cuerpo, corta la piel y corta el dolor, o por lo menos es lo que busca.. Algunos luego de discusiones con padres, novios o amigos, después del portazo, toman su elemento y abren la piel. Ansiedad, estrés, abusos, depresión, son algunas de las razones que motivan esta práctica. En muchos casos las cicatrices de los cortes se ocultan con pulseritas de colores, bandas, o brazaletes. Así como también, las mangas largas cuando hace más de 30 grados de temperatura, ocultan esas marcas de sus momentos de “alivio”.
Es por esto que es necesario que tanto padres, docentes, hermanos y todos en general, puedan estar atentos a signos como: heridas que no cicatrizan, aislamiento excesivo, acciones como ocultar sus brazos, mangas largas en épocas de altas temperaturas, presencia de elementos cortantes en habitaciones, etc. Un adolescente que practica el cutting está sufriendo y cuanto más sea ese sufrimiento psíquico, más frecuentes serán las incisiones, incluso más profundas en algunos casos. Es muy posible que se requiera una asistencia profesional que lo acompañe para poder lidiar con los aspectos de su vida que no está logrando manejar.
Siempre debemos recordar que es importante que el adolescente sepa que no está solo, que estamos para acompañarlo, para apoyarlo y principalmente que no hay juzgamientos.

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