Sobre el “contacto cero”

Sobre el “contacto cero”

Sobre el “contacto cero”

El concepto de contacto cero se refiere a la interrupción total de contacto con alguna persona. Generalmente se aplica en relaciones de pareja donde existe violencia y la necesidad de tomar distancia es imperativa. No obstante, suele emplearse también cuando una relación termina, para marcar un punto final, con la idea de superar todo y seguir adelante.

Esta práctica consiste principalmente en eliminar todo tipo de contacto con la persona en cuestión, eliminando o bloqueando de todas las redes sociales y evitando todo contacto presencial. De esta manera, se habilita un espacio de tiempo, necesario tanto para el trabajo psíquico como así también para el emocional. En relaciones dañinas y violentas aplicar contacto cero impone una distancia que permite cortar la dependencia afectiva generando  bienestar, al promover el reencuentro con los propios pensamientos, para poder empoderarse e independizarse emocional y económicamente, afianzar vínculos con personas cercanas, y también para mejorar la autoestima y sanar las heridas.

Está modalidad de contacto involucra también al entorno, puesto que ni amigos ni familia deberían comentar o informar sobre la otra persona, así como tampoco dar información respecto de uno. Se evitarán también los lugares frecuentados anteriormente por ambos y fundamentalmente se procurará una vida social activa e independiente de la que se mantenía con esta otra persona.

Ahora bien, el proceso que sigue una ruptura es el duelo. El duelo es un estado psicológico que deviene luego de cualquier pérdida, ya sea de un ser querido, de una relación, de un trabajo. Es un proceso de reestructuración interna que puede llevar hasta dos años e implica transitar por el dolor. Sí bien no es lo mismo perder un ser querido por fallecimiento que por la ruptura de una relación, el duelo requiere que se tramite el dolor de la pérdida. El contacto cero podría, en alguna medida, hacer las veces de huida evitando de esta manera una elaboración adecuada del duelo. La huida o evitación del dolor podría derivar en comportamientos desadaptativos.

Por lo tanto antes de implementar el contacto cero es necesario considerar algunas variables, por ejemplo: la relación previa, si se trataba de una relación violenta o dañina, esta técnica es la más adecuada, de lo contrario, lo mejor sería llevar las cosas con madurez, haciendo los procesos correspondientes. También hay que considerar los términos de la ruptura, si ambos han estado de acuerdo no pareciera ser necesario, si uno lo ha decidido y el otro insiste, quizás sea bueno implementarlo por un tiempo y evaluar cómo evoluciona. Existe también la posibilidad de que haya bienes en común, en cuyo caso habrá que seguir en contacto hasta que se produzca la liquidación y la división de bienes. 

Si hay niños de por medio, el contacto cero es inaplicable. Si hay animales de por medio y se desea compartir la custodia también es inviable. Resulta necesario observar de qué manera se está sobrellevando la situación, en muchos casos esta técnica tiende a generar en quien la aplica la tendencia a pensar permanentemente en la otra persona, casi de manera obsesiva. No puede contactar, pero no puede dejar de preguntarse qué hace, qué publica, con quién está. En casos como éste quizás el contacto cero no sea lo más adecuado, y en su lugar sería conveniente hacer el proceso de duelo y tomarse el tiempo necesario para gestionar la ruptura de una manera menos desadaptativa.

Toda ruptura o pérdida genera siempre sentimientos de dolor, desvalimiento, abandono, inseguridad. Y es necesario atravesar los de forma madura dejar pasar un tiempo para reacomodar nuevamente las emociones y siempre es preferible transitar el proceso de manera madura y reflexiva. Puede haber diferentes formas de afrontar una ruptura o una pérdida pero lo más importante es que seamos capaces de encontrar la manera más adecuada a nosotros mismos. No porque una determinada técnica se ha puesto de moda va a funcionar para todos. Conocernos nos va a permitir saber qué es lo mejor para nosotros y evaluar si el contacto cero es necesario.

Lo mejor siempre será intentar mediante el diálogo y el consenso como primera instancia, con madurez, con respeto, con reconocimiento hacia el otro. Evitando los resentimientos, los odios y las peleas innecesarias. Pero de no ser posible, el contacto cero podría ser lo más recomendable puesto que pone la distancia necesaria para afrontar la situación de una manera sana y saludable.

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Benicio
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