Sobre el carisma
Seguramente conocemos a alguien que basta con que se presente ante un grupo de personas para que capture la atención de todos, por lo general causa una impresión agradable en cada uno, cada cosa que dice es escuchada e incluso, a la hora de decidir respecto de algo, la mayoría recurre a esa persona en especial. Decimos entonces que esta persona es carismática.
El carisma puede ser definido como ese encanto o atractivo que posee alguien y que le permite de alguna manera influir sobre los demás. Etimológicamente proviene del griego “charis” que significa hacer favores, regalar, hacer algo agradable o agradar. En el plano religioso, carisma puede ser definido como un don que Dios le otorga a determinada persona.
Entonces podríamos suponer que el carisma es una cualidad personal, natural e innata que las personas pueden tener y gracias a la cual tan solo con su presencia, sus acciones o sus palabras, atraen y causan una buena impresión destacándose en las multitudes. Sin embargo, debemos aclarar que algunos investigadores sostienen que esta habilidad puede entrenarse. Por supuesto que para aquellos que son más extrovertidos desarrollar actitudes carismáticas puede resultar mucho más sencillo que para personas introvertidas o tímidas.
¿Como puedes desarrollar tu lado carismático?
Sin duda, y conociendo el efecto que el carisma tiene en los demás (esa capacidad de atraer, de guiar, de movilizar, de generar confianza) poseer un cierto nivel de carisma puede ser útil y beneficioso para muchos planos de la vida, por ejemplo: negociar, vender, conseguir clientes; para presentarnos a una entrevista de trabajo; para una campaña política; incluso para promover el arte, ya sea música, pintura, libros, etcétera. Dado que el carisma se pone de manifiesto en la forma en que uno habla, en la que uno gesticula, la manera en que uno se para frente al otro y por supuesto también en cómo se comunica, muchos expertos sostienen que éstas habilidades pueden ser adquiridas por cualquier persona.
Para esto, gracias a numerosos estudios, se identificaron ciertas conductas relacionadas con el carisma de las cuales vamos a citar algunas para qué podamos ir poniéndolas en práctica y desarrollar nuestro lado carismático.
Respuesta rápida y vehemente.
Sabdi es que aquella persona que responde rápidamente y con seguridad siempre va a captar la atención del auditorio. Con frecuencia sucede que, en clases por ejemplo, el profesor hace una pregunta y un alumno responde espontáneamente siendo escuchado por el resto, de alguna manera resulta admirado, e incluso será recordado, independientemente de la respuesta. Esto puede también aplicarse también a otros ámbitos, por así decir: en una conferencia de prensa, en una entrevista de trabajo, en una reunión de trabajo. Es decir, la respuesta (que incluso podría llegar a ser algo disruptiva, sorpresiva) más allá del contenido, sí es rápida, espontánea y firme, basta para que capture la atención y la admiración; para que genere buena predisposición en la audiencia; independientemente de que haya sido correcta o no, porque cuando uno responde con seguridad y firmeza el otro asume que uno sabe de qué está hablando, y aún si la respuesta no es la correcta o si el contenido de la respuesta no responde a la pregunta, el otro podría asumir que uno conoce la respuesta pero simple y voluntariamente ha decidido desviarla.
Gesticulación y lenguaje corporal
Existen muchos estudios respecto de la importancia que tiene en la comunicación el lenguaje corporal, los gestos. La forma en que acompañamos nuestro discurso frente al auditorio, determina la manera en la que el auditorio nos percibe a nosotros y percibe lo que estamos comunicando. Ciertas posturas, ciertas miradas, ciertas formas de interactuar con el otro, nuestros gestos, las formas en las que movemos nuestros brazos, las formas en las que vocalizamos las palabras que decimos y precisamente la selección de palabras que hacemos, van a ir configurando la imagen que el otro se haga de nosotros. Por ejemplo: hablar con los brazos cruzados puede transmitir sensación de rechazo, mientras que las manos detrás de la espalda denotan seguridad y confianza, asimismo, apuntar con un dedo y la mano cerrada puede provocar sensaciones desagradables en la audiencia, mientras que las palmas abiertas y hacia arriba son leídas como signo de honestidad y de credibilidad. Entrelazar los dedos transmite sensación ansiosa y reprimida, en cambio tocar las puntas de los dedos, credibilidad y confianza.
Utilizar frases y palabras emocionales
Como dijimos anteriormente las personas carismáticas para comunicarse, suelen seleccionar hábilmente sus palabras, porque saben perfectamente que con ellas pueden transmitir más o menos emocionalidad. Según algunos investigadores, hay palabras que poseen una fuerza en sí mismas que puede provocar sentimientos y sensaciones positivas y otras qué pueden movilizar en el grupo sensaciones negativas. Así por ejemplo, nos podemos encontrar con expresiones como: “rabia”, “atracción”, “enfurecido”, palabras que, entonadas adecuadamente, pueden transmitir un gran monto de intensidad. En cambio, palabras como: “relajar”, “cansado”, incluso “sueño”, “dormir” suelen transmitir sensaciones más de tranquilidad o poco intensas.
Proyectar optimismo
Aquí no se refiere a lo que comúnmente conocemos como pensamiento positivo, acá lo que proyecta más que pensamiento positivo es la visión de que aún si se presentara algún tipo de problemática es posible encontrar la solución. El optimismo no está en el no tener inconvenientes sino en el ser capaces de afrontarlos. Para esto, lo que se suele proyectar a los demás es la habilidad de resolver problemas. Las personas carismáticas adoptan una postura de seguridad y de conocimiento frente a la temática que se está tratando, incluso la mención de algunos de los posibles problemas que puedan surgir dan idea de que se conoce el tema, se es consciente de los problemas a los que puede llegar a enfrentarse y se conoce también la forma de solucionarlos. Esta idea que se percibe es una proyección optimista.
Resaltar puntos en común
Algo que es fundamental para captar la atención del otro es la identificación. La identificación se da cuando uno encuentra en otra persona rasgos que le son propios. Por lo general solemos tener inclinación hacia aquellas personas que comparten con nosotros diversas ideologías, gustos, trabajo, pasatiempos. A veces también el nombre, lugar de origen, etcétera. Estos puntos en común suelen ser muy importantes a la hora de establecer un vínculo y de buscar en el otro su atención, su apoyo, su buena predisposición o incluso su voluntad. Las personas carismáticas suelen recurrir a este tipo de elementos porque conocen la importancia que tiene el tener cosas en común con los demás y cómo esto puede aprovecharse en beneficio propio.
Hablar con determinación
La selección de palabras que usamos, el tono de voz, el énfasis qué ponemos en determinadas frases, la seguridad con la que nos manifestamos acerca del tema del que estamos hablando; el optimismo que proyectamos en nuestra capacidad de solucionar problemas; la vehemencia con la que damos respuesta a los interrogantes que puedan surgir; las frases y las palabras emocionales, esas que resaltan emociones positivas o aplacan emociones negativas; todo lo que nosotros articulamos en nuestro discurso tiene que provocar en el otro la sensación de compromiso, de seguridad, de que pase lo que pase se va a llegar al final con esfuerzo, con trabajo, pero logrando alcanzar la meta propuesta; sorteando todos los obstáculos que puedan surgir en el camino
Interesarse por los demás
A todos nos impacta de una manera positiva que el otro nos pregunte acerca de nosotros. Que se interese por nosotros. Al interesarse por el otro, la persona carismática, logra despertar una sensación positiva y promueve el interés, la buena predisposición, la atención y la afinidad. Preguntarle al otro como está, pero fundamentalmente oír su respuesta, puede significar la estrechez de un vínculo, la adquisición de un nuevo empleo, o de un nuevo cargo, la adquisición de un buen cliente, una venta… en fin, puede marcar la diferencia entre un resultado positivo y uno negativo.,
Transmitir capacidad de liderazgo, de guía
La capacidad de liderazgo también se percibe desde el optimismo que uno puede transmitir; desde la determinación, desde la vehemencia en las respuestas, desde las frases y palabras que se utilizan, la selección específica de lo que se está diciendo, de la forma en la que se está diciendo. En la gesticulación que se está realizando, el conocimiento que se tenga acerca del tema en cuestión y por supuesto que es fundamental la facilidad en la resolución de problemas. La persona carismática hace sentir al otro que puede seguirlo con seguridad porque va a marcar el camino correcto, el mejor camino. Va poder sortear los obstáculos, guiándonos de manera adecuada a la realización de los objetivos propuestos.
Mantener una actitud calmada
A veces en un encuentro grupal pueden surgir preguntas incómodas, incisivas, preguntas tramposas, que suelen causar tensión. La persona carismática tiene respuesta para todo este tipo de preguntas. Por lo general las respuestas son vehementes y suelen descontracturar la atención que ha generado la pregunta. Por ejemplo, en una conferencia de prensa un periodista puede preguntar a un político sobre determinada temática incómoda en la que la respuesta debe ser muy bien armada para no generar controversia y un político carismático dará esa respuesta no sin antes quizás bromear al respecto con alguna salida espontánea, pero siempre manteniendo la actitud calmada qué brinde seguridad al otro. De esta manera lo que se transmite no es sólo la capacidad de dar respuestas a las preguntas incómodas sino también, y principalmente, qué no hay preguntas incómodas. La calma y la seguridad qué se manifiestan en las personas carismáticas suelen provocar en el otro actitudes positivas de confianza y de lealtad.
Contacto visual y sonreír
Sí bien el lenguaje corporal es muy importante a la hora de comunicarnos, el contacto visual y la sonrisa son elementales a la hora de generar en el otro un acercamiento hacia nuestras ideas y nuestras propuestas. Cuando uno es mirado a los ojos por lo general uno siente que el otro lo reconoce, que el otro que lo está mirando sabe quién es uno, y eso ya captura nuestra atención de alguna manera haciéndonos parte. Las personas carismáticas suelen dar la sensación de formar un grupo, de poder pertenecer a este grupo y la pertenencia es algo muy unido a la identificación, ya que por supuesto tiene que ver con los puntos en común que uno pueda compartir con la persona carismática y con el resto del grupo. Sin embargo el contacto visual y la sonrisa suelen dar la sensación de que el grupo desaparece y el vínculo es solo con la persona carismática. Esta sensación de exclusividad promueve que el otro se sienta más predispuesto y en actitud positiva.
Llamar al interlocutor por su nombre
Así como el contacto visual es importante, conocer el nombre del otro es también fundamental para estrechar vínculos, para generar sensación de pertenencia, de exclusividad, la identificación del otro y por supuesto la actitud positiva, la predisposición. La persona carismática suele aprovechar este tipo de elementos también para poder capturar no solo la atención sino también la voluntad de sus interlocutores. No se trata solo de saber el nombre del otro, sino de interesarse en preguntarlo, incluso preguntarlo delante del resto del grupo puede provocar una sensación muy positiva en el otro.
Mostrar vulnerabilidad
La persona carismática parece ser infalible y eso a veces puede llegar a ser no demasiado beneficioso. La perfección no existe por lo tanto para hacer reales las personas carismáticas reconocen sus errores y muchas veces se ríen de ellos, incluso sacando partido, proponiéndolos como problemáticas y como posibles soluciones inadecuadas, mostrando de esta manera también que tienen un conocimiento, una experiencia y una capacidad de resiliencia absolutamente necesaria para la tarea. Convirtiéndose en esa persona qué cada uno necesita tener cerca.
Reírse de sí mismo tomando con humor situaciones de infracciones o fracasos
Suelen ser graciosos, con un humor inteligente. Incluso, las personas carismáticas, pueden llegar a cometer algún tipo de infracción moral hablando de cosas no tan políticamente correctas, dándole matices de humor sin llegara ofender ni a incomodar al otro. Así como se pueden llegar a burlar de sus propios fracasos, pueden llegar a reírse también de alguna situación incómoda que les haya tocado vivir, por ejemplo conocer a sus suegros, al novio de su hija. Las personas carismáticas suelen convertir una situación tensa, tal vez incómoda, quizás grotesca, en algo narrativamente agradable, positivo, humorístico, risueño.
Halagar honestamente
Los halagos siempre son bien recibidos. A todos nos gusta qué nos hagan sentir bien con nosotros mismos, valorados, admirados y los halagos tienden a alimentar el ego. Las personas carismáticas utilizan halagos honestos, los halagos honestos son los halagos basados en las actitudes y características reales del otro. Son halagos en los que uno se identifica y puede tomarlo, asimilarlo y creer en el halago. Por ejemplo, si nos encontramos con alguien (hermanos, amigos, vecinos) luego de hacernos un corte de cabello o un color o lo que sea, es posible que se nos diga “te quitaste diez años de encima” y a nosotros, si bien nos va a sacar una sonrisa y si bien nos va a hacer sentir de alguna manera muy cómodos con eso, vamos a saber y a tener la certeza de que no es así. Simplemente fue algo agradable que nos han dicho. El halago honesto apunta a nuestras características reales; por ejemplo, “Tu habilidad para esta tarea es inigualable, seguí así”. Este tipo de halagos que apuntan algo que nosotros sabemos hacer y sabemos que hacemos bien, es un reconocimiento hacia nuestra tarea, hacia nuestras habilidades, nuestras capacidades y nuestras potencialidades. Es un halago creíble que nos estimula no solo a seguir adelante sino a superarnos, a mejorar. La persona carismática aprovecha esta situación llevándonos a nosotros al máximo de nuestras posibilidades, sacando lo mejor de nosotros.
Contacto físico.
Para finalizar, uno de los comportamientos que puede tener también la persona carismática es el contacto físico. Por supuesto este contacto es un contacto medido, sutil, qué sugiere cercanía, incluso confianza y preferencia sin llegar a ser invasivo o incómodo. Puede tratarse de una apoyada de mano en el hombro, o en la parte superior del brazo, un acercamiento para un comentario cerca del oído, incluso puede ser una aproximación del cuerpo llegando a tocar el hombro con el propio hombro, como en señal de estar a la par. Se trata de un contacto mínimo pero suficiente para generar en el otro esa sensación positiva de confianza, de seguridad, de complicidad.
Naturalmente todo esto puede ser utilizado para el propio beneficio de cada uno, para poder acceder a mejores posibilidades ya sean laborales, personales, románticas. Es decir que desarrollar este tipo de habilidades sociales puede resultar en situaciones exitosas para nosotros mismos. Sin embargo, no debemos perder de vista qué las personas carismáticas muchas veces ocultan detrás de ese carisma personalidades oscuras y manipuladoras. Individuos narcisistas y depredadores usan su carisma para manipular a otros.

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