Arturo Y Ginebra
y Lancelot
La historia del Rey Arturo y la Reina Ginebra, y el amor de esta por Lancelot, el mejor amigo del rey, es uno de los mitos mejor conocidos sobre el tema de la traición en el matrimonio. Y es importante destacar que es una historia en la que los personajes que participan en el triángulo no intentan destruirse entre sí, sino que. en lugar de ello, encuentran la reconciliación y la paz interiores a través de la integridad, de la lealtad, de la amistad y del reconocimiento de la naturaleza sagrada del amor en el matrimonio
Tras muchos años de guerras y batallas, y después de haber conseguido vencer a las hordas invasoras sajonas, el Rey Arturo consideró oportuno tomar a una mujer por esposa, y darle a Camelot una Reina. Para ésto eligió a una princesa de gran hermosura llamada Ginebra, hija del Rey Leodegrance de Cameliard.
Arturo envió a Lancelot, el jefe de sus caballeros y su amigo de confianza, a escoltar a Ginebra desde la casa de su padre a la corte del rey. En el viaje, la joven y Lancelot se enamoraron perdidamente. pero ninguno de los dos consintió en romper la promesa hecha al rey. Al poco tiempo de la boda, el Rey tuvo que atender algunos asuntos en otro lugar del reino. A su regreso, miembros de la corte le dijeron a Arturo que era sabido que la Reina y Lancelot se amaban en secreto. Pero él evitó dejarse llevar por la ira, y decidió seguir lo que le dictaba su corazón, porque sabía que tanto su amigo como la Reina sufrían mucho por su amor, y que ambos luchaban por resistirse a él lo mejor que podían. Debido a que el Rey los amaba a ambos, no quería dañar a ninguno de ellos exponiendo públicamente la traición, de modo que esperó; y mientras tanto, los tres se sintieron desdichados por el amor que se tenían entre ellos.
Los Caballeros de la corte estaban furiosos ante la vergüenza que la Reina y Lancelot habían causado al rey y, al mismo tiempo, vieron una oportunidad para hacerse con el poder y expulsar al mejor amigo del rey de su lado. De modo que planearon sorprender a Ginebra y Lancelot juntos, con el fin de presentar al rey la prueba de la traición y hacer pública la infamia de la Reina. Arturo se vio obligado, contra su voluntad, a acusar a su esposa y a su amigo más cercano, y someterlos a juicio público en la plaza del pueblo.
El juicio fue interrumpido por un grupo de gente armada que irrumpió violentamente contra el Rey, y aunque Lancelot luchó del lado de Arturo, en la batalla, éste resultó mortalmente herido. Las veces que Arturo y Lancelot se encontraron durante el combate hubo lágrimas en los ojos de ambos hombres, pero no podían deshacer lo que ya estaba hecho.
Cuando todo hubo terminado, y en su lecho de muerte, el Rey Arturo le pide a Lancelot que cuide de Ginebra. Pero éste no pudo soportar su culpa y le dijo a la Reina viuda que debía partir para siempre, de modo que se fué cabalgando, ingresó en un monasterio y pasó sus días arrepintiéndose de sus faltas. Por su parte, la reina tampoco pudo soportar su culpa, ni la pérdida de los dos hombres a quienes amaba, e ingresó en un convento.
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