Las Vacas no dan Leche
Hoy en día el mundo atraviesa una situación tan crítica. Ya sea por los desastres de la guerra, los cambios climáticos, las enfermedades, las hambrunas. En medio de todo este bagaje de noticias desastrosas que se van difundiendo en todos los medios de comunicación, como adultos estamos obligados a dar a nuestros niños las herramientas necesarias para salir adelante.
En eso estaba el gaucho cuando en el corte comercial le decía a sus hijos siendo pequeños:
—Cuando tengan 12 años les contaré el secreto de la vida.
Los niños fueron creciendo, y cuando el más grande cumplió los 12 años, le preguntó ansiosamente a su padre cuál era el secreto de la vida. El padre le respondió que se lo iba a decir, pero que no debía revelarlo a sus hermanos. El chico asintió sonriendo, emocionado porque a partir de ese momento sabría el secreto de la vida. El hombre, muy solemnemente dijo:
—El secreto de la vida es este: La vaca no da leche. – el chico lo miró sonriendo.
—¿Qué dices?, preguntó incrédulo el muchacho, pensando que su padre bromeaba con él.
—Tal cual lo escuchas, hijo: La vaca no da leche, hay que ordeñarla. Tienes que levantarte a las 4 de la mañana, ir al campo, caminar por el corral lleno de excremento, atar la cola y las patas de la vaca, sentarte en el banquito, colocar el balde y hacer los movimientos adecuados.
Y si, con la misma cara se quedó el pibe. Es que claro, él esperaba otra cosa, algo que le fuera de más utilidad para poder lidiar con las cosas que le tocarían vivir al ser adulto. Pero lo que aún no sabía es que el padre le estaba diciendo mucho más, pero lo entendería más adelante. Y la verdad es que es ese es el secreto de la vida, la vaca, la cabra no dan leche. La ordeñas o no tienes leche.
Hay una generación que piensa que las vacas DAN leche. Que las cosas son automáticas y gratuitas. Pero no, la vida no es cuestión de desear, pedir y obtener. Las cosas que uno recibe son derivadas del esfuerzo de lo que uno hace.
Tener la comida en la mesa hará necesario un trabajo para conseguirla, o producirla. Cuidar la naturaleza implica esfuerzo, y dedicación. Vivir una vida sana requiere también esfuerzo y constancia. La felicidad es el resultado del esfuerzo. La ausencia de esfuerzo genera frustración.
Así que, recuerden compartir con sus hijos, desde pequeños, este secreto de la vida. Para que no crean que el gobierno, o sus padres, o sus lindas caritas van a darles todo, tal y como ellos piensan que hace una vaca lechera.
NO.
“Las vacas no dan leche. Hay que trabajar por ella”
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