La Leyenda de Sakura
Audiocuento: La leyenda de Sakura – La flor de cerezo – Leyenda japonesa del amor
La leyenda de Sakura es originaria de Japón. Situada en una época de guerras en la cual todo el país estaba lleno de tristeza, los campos desolados, muchos guerreros muertos. Sin embargo, la leyenda cuenta que había un bosque que no había sido alcanzado por esta guerra. Un bosque hermoso, el cual estaba poblado de árboles muy grandes y llenos de flores. En el centro de este bosque había un árbol muy particular que aunque estaba lleno de vida y sus ramas se veían muy fuertes nunca había florecido.
En el bosque nadie entendía lo que pasaba con este árbol. ¿Por qué era tan diferente al resto? ¿Por qué no tenía flores? Los animales, por temor, no se acercaban a este árbol; incluso la hierba no se atrevía a crecer cerca de él. Y hasta los pájaros evitaban sobrevolarlo y detenerse en sus ramas.
Esta situación entristeció mucho a una de las hadas del bosque, que se acercó al árbol y conmovida le dijo que ella no quería verlo así entristecido, quería verlo florecer como al resto de los árboles. Entonces mediante un hechizo le dio la libertad de escoger entre ser hombre o árbol según él lo decidiera.Y durante veinte años él iba a poder sentir lo que siente el corazón humano. Pero si al cabo de esos años él no lograba sentirse feliz, para florecer y brillar como el resto de los árboles del bosque, entonces moriría instantáneamente.

Así, durante unos años el árbol permaneció en forma humana. Recorrió muchos lugares, conoció a mucha gente, pero nada lo ayudaba en su afán de florecer. No hallaba entre las emociones humanas con las que se encontraba, una razón para florecer. A su alrededor solo veía odio, guerra, destrucción, tristeza, muerte. Finalmente, pasado un tiempo y ya resignado, regresó a su forma de árbol.
Los años seguían pasando y el árbol aún no lograba encontrar entre los humanos algo que lo motivara. Pero a pesar de eso, se convirtió en humano y una vez más intentó encontrar la forma de florecer. Caminó por un largo rato hasta llegar a un arroyo cristalino y a la orilla del arroyo divisó una joven. Era Sakura. El árbol se quedó impresionado con su belleza. Se acercó a ella y comenzaron a conversar.

La joven lo trató con mucha amabilidad. Y él ofreció ayudarla a cargar el agua hasta su casa. Cuando la joven le preguntó su nombre, él sin pensarlo dijo Yohiro, que significa “esperanza”. Solían encontrarse todas las tardes para conversar sobre la tristeza de la guerra, sobre sus sueños. Incluso contaban historias, leían libros, poemas. Se hicieron muy amigos.
Hasta que un día, y sabiendo que el plazo de los veinte años estaba por terminar, Yohiro decidió confesarle su amor. También le dijo quién era en realidad: un árbol atormentado que estaba llegando a su fin porque no había podido florecer. La joven estaba tan impresionada que no sabía qué decir, permaneció en silencio.

Yohiro, que volvió a su forma de árbol, estaba cada vez más triste. Un día, luego de atravesar todo el bosque, Sakura finalmente encontró a Yohiro, el único árbol sin florecer. Se acercó a él, lo abrazó y le dijo que también lo amaba. En ese momento el hada del bosque volvió a aparecer y sonriendo se acercó a Sakura y le preguntó si quería fundirse a Yohiro para siempre o si prefería conservar su forma humana. Sakura miró a Yohiro y recordó los momentos maravillosos que habían compartido, recordó lo desolador de la guerra y sin dudarlo decidió fundirse con Yohiro para siempre.

Ser uno.
Entonces, finalmente, el árbol por primera vez floreció.
Y es que la palabra Sakura significa “Flor de cerezo”, pero eso el árbol no lo sabía. Desde entonces, el amor de ambos perfuma los campos del Japón, y son un símbolo representativo de quienes se aman, y del amor eterno.

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