Hay un beso entre mis labios, perdido, desolado. Buscando el camino. Su destino. Es un beso simple, cálido, tierno, amoroso. Delicado, suave, dulce. Con algo de picardía, y por momentos desenfrenado.
Gusta de posarse en la belleza de las formas que adornan tu geografía, aunque a veces no termina de decidir si prefiere tibieza y calidez, calor y humedad, suavidad o rigidez, elevaciones o depresiones. Y perdido entre mis labios, no puede elegir en qué sitio acomodarse.
¿Cuál sería su destino?
Ocultándose en tu cuello, acariciado por tus cabellos, acurrucado entre tus labios, bañado por tu aliento; en el valle de tu pecho o coronando tus pezones. Tal vez sumergido en tu ombligo o derritiéndose en tu pubis. O quizás, arropándose entre tus pliegues envuelto en el húmedo calor de tu cuerpo.
Si… tengo un beso entre mis labios… y mientras te concentras en tu trabajo, te recorro despacito, con un roce muy suave… Parte por parte, palmo a palmo… buscando el camino… buscando ese preciso lugar en que mi beso decida acomodarse…

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