EL RATÓN Y LA COMADREJA
Este es uno de los cuentos de
Las mil y una noches
Se dice que un ratón y una comadreja vivían en la habitación de un hombre muy pobre. Uno de sus amigos se puso enfermo, y el médico le recetó sésamo descortezado. El enfermo dio al pobre una cierta cantidad de sésamo para que lo pelase. Éste, a su vez, lo entregó a su mujer para que lo descortezara, y así lo hizo y lo preparó. La comadreja, al ver el sésamo, se acercó a él, y durante todo el día lo fue transportando, poco a poco, a su guarida, en la cual metió una gran parte. La mujer se dio cuenta de que faltaba mucho sésamo. Entonces se sentó para observar quién se lo llevaba y averiguar así la causa de su disminución.
La comadreja salió como tenía por costumbre para llevarse un poco. Vio a la mujer, que estaba sentada, y se dijo: “Este asunto va a tener malas consecuencias. Me temo que esa mujer me está observando. La suerte no acompaña a quien no prevé las consecuencias. Tengo que hacer algo bueno para demostrar que soy inocente de todo el mal que he hecho». Entonces empezó a transportar hacia la habitación el sésamo que tenía escondido en su covacha.
La mujer, al ver lo que hacía, se dijo: « Este bicho no puede ser el causante de la desaparición, y a que lo está sacando del lugar en que lo han escondido y lo pone junto al que aún quedaba. Nos está haciendo un favor al devolvernos el sésamo; quien hace el bien, merece ser recompensado con el bien. Éste no es quien hace desaparecer el sésamo. Seguiré vigilándolo para ver qué es lo que pasa y quién es el ladrón».
La comadreja se dio cuenta de lo que pensaba la mujer. Fue en busca del ratón y le dijo: «¡Hermano! Quien no cultiva la buena vecindad y la amistad, no consigue ningún bien». El ratón contestó: « Cierto es lo que dices, buen amigo; yo me honro con tu vecindad; mas ¿por qué dices esto?» « Porque el dueño de la casa ha traído sésamo, del que han comido él y su familia hasta hartarse, y han dejado las sobras. Todos los animales están cogiendo de él. Coge tú también, pues tienes más derecho que los demás.»

El ratón se alegró de ello y empezó a bailar y a jugar con la cola, pues sentía pasión por el sésamo. Se levantó, salió de su morada y vio el sésamo descortezado, que brillaba de blanco, mientras la mujer lo contemplaba. El ratón, sin pensar en las consecuencias de este acto —la mujer tenía un palo en la mano —, sin poderse dominar, se lanzó corriendo sobre el sésamo, lo separó y empezó a comer. La mujer le dio un golpe con el bastón y le rompió la cabeza: la glotonería y el no haber tenido en cuenta sus consecuencias habían sido causa de su muerte.

Únete a nuestro canal en Telegram y no te pierdas nada
- EL GUERRERO por Jorge Bucay en Cuentos para pensar - septiembre 22, 2023
- Trilogías para la vida - septiembre 20, 2023
- El mito de Escorpio - septiembre 19, 2023