El mito de Sagitario

El mito de Sagitario

El mito de Sagitario

 Los centauros se dedicaban a peleas y fiestas interminables. Eran bestias que fueron considerados como bebedores, adúlteros, engañosos y no dignos de confianza por parte de los hombres. Sin embargo, cuenta la leyenda que uno de ellos se diferenciaba del resto por ser dócil, sensible y de gran corazón. Su nombre era Quirón.

La ninfa Filira estaba siendo acosada por Cronos quien para no ser descubierto por su esposa Rea, decide tomar la forma de un caballo y así satisfacer su deseo. Persiguió a Filira y la poseyó. Rea lo descubrió, y Cronos huyó dejando sola a Filira. Devastada por lo que había sucedido, se escapa embarazada hacia las alturas de los montes Pelasgos, donde da a luz a Quirón. Cuando Filira ve la criatura que había parido, mitad hombre, mitad caballo, no puede soportarlo y le pide a Zeus que la convierta en árbol de Tilo. Zeus accede y la transforma en árbol de Tilo, que calma la ansiedad.

El pequeño recién nacido quedó solo y fue Apolo quien lo adoptó. Le enseñó las artes, las ciencias y la adivinación, transmitiéndole toda su sabiduría. Artemisa, su hermana, le ayudó e instruyó al centauro sobre medicina y la caza. Al contrario de otros centauros, él se dedicó al estudio y a adquirir conocimientos, siempre amable y de buen carácter, se ganó el aprecio de aquellos que le conocieron.

Así fue que Quirón creció con un gran desarrollo de la diplomacia, la aventura y el coraje, además de un increíble manejo del arco. Era sabio y benefactor, vivió toda su vida en una gruta donde el centauro recibía visitas de todo el mundo, para pedirle consejo sobre los temas más variados. Inclusive, como conocía todas las virtudes curativas de las plantas, se convirtió en el padre de la botánica y también, con su inteligencia instruida por los dioses, el precursor de la cirugía. 

Quirón fue un instructor, un filósofo y un gran médico. Era indomable y tempestuoso, pero muy sensible. Por esto fue también amado por todos los dioses griegos. Llegó a ser un gran maestro y preceptor de grandes héroes, porque tanta era la estima que los dioses le tenían que le enviaron a sus hijos para que fueran sus discípulos. Todo esto le trajo gran fama, y así, fue el encargado de entrenar y adoctrinar a algunos grandes héroes de la mitología, como Hércules, Aquiles, Jasón, Cástor, Pollux y Teseo. Hasta el propio Apolo le confió la educación de su hijo Asclepio, que más tarde se convertiría en el padre de la medicina.

En una de las tantas salvajadas de los centauros se emborracharon y secuestraron a varias mujeres. Hércules, armado con las flechas envenenadas con el veneno de la Hidra de Lerna, y acompañado por muchos hombres más los persiguieron. Las bestias huyeron hacia la cueva de Quirón, contando que éste con su benevolencia los ayude a sortear el peligro en que habían caído.

Pero ocurrió que Hércules, en el calor de la contienda, disparó una de sus flechas y tuvo la mala suerte de confundir a su maestro con uno de los centauros malvados y le provocó una herida terrible en la rodilla que jamás le sanó y le causaba terribles dolores mortales. Si bien esta herida era fatal, Quirón no podía morir porque, al ser hijo de Cronos, era inmortal. No obstante, esto no le impedía sentir el dolor y la agonía que el veneno de la Hidra de Lerna le provocaba. No existía meditación ni práctica médica que lo aliviara. 

Zeus, que sabía de la angustia que sentía su hijo Hércules por haber herido a su maestro, decidió darle alivio a Quirón, asignándole un lugar de descanso en el cielo como la constelación de Sagitario, el arquero, en reconocimiento a su benevolencia. De hecho, se dice que su arco apunta al corazón de Escorpio, defendiendo a Orión de un nuevo ataque.

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Benicio
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