El mito de Piscis
Luego de la guerra contra los Titanes, los Dioses del Olimpo, habiendo ganado, los encerraron en el Tártaro, que era una prisión destinada al sufrimiento y estaba ubicada debajo del inframundo.
Se cuenta que Gea, la madre de los Titanes. dio a luz a Tifón, un monstruo de grandes dimensiones, se dice que desde el suelo alcanzaba las estrellas y que sus extremidades tenían kilómetros de largo, por esto es conocido como el más grande de la mitología. Tifón fue a buscar a los Dioses para vengarse y liberar a los Titanes, pero los dioses al verlo tan monstruoso, en lugar de luchar decidieron huir, para lo cual se transformaron en animales y huyeron en diferentes direcciones.
Afrodita, al huir con su hijo Eros, entendió que si se escapaban por el agua estarían a salvo de Tifón, y como todos los dioses se habían convertido en animales, ellos dos se convirtieron en peces para facilitar su huída. Dado que debajo del agua las corrientes eran agresivas y encima no veían nada, para no perderse en la oscuridad del río se ataron con una soga el uno al otro.
Pero por suerte no estuvieron solos. Los Ictios, dos peces de río de Siria, que ya anteriormente habían ayudado a Afrodita a llegar a la tierra luego de su nacimiento en el mar, volvieron a socorrerla y en esta oportunidad la guiaron a ella y a su hijo a través de las aguas turbulentas para llegar a salvo y estar protegidos del monstruoso Tifón.
Algunas versiones del mito, postulan que la constelación de Piscis representa a Eros y Afrodita enlazados para no perderse en la profundidad del río, y podría traducirse como el amor y la unión de madre e hijo. Otras, cuentan que como agradecimiento a los Ictios, la diosa del amor y la belleza, los elevó al cielo en una constelación. En ambos casos nos habla de la travesía que madre e hijo pasaron para salvar sus vidas del ataque aterrador del monstruo Tifón.

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