El mito de Cáncer
Zeus se enamoró de una bella mujer, Alcmena, la reciente esposa de Anfitrión. Acaban de casarse, pero no podían consumar el matrimonio hasta que él llevara a cabo la venganza de los hermanos de ella. Como Zeus sabía que era muy posible que ella lo rechace, aprovechó mientras Anfitrión estaba en la guerra de Tebas, y tomando su forma se hizo pasar por él para poder acercarse a Alcmena, y convencerla de que tenga amores con él. Ella, creyendo que era su marido y que la venganza ya había sido realizada, acepta y se une al dios. Y así fue que estuvieron juntos una noche, especialmente alargada por él, para gozar de Alcmena durante mucho tiempo, ya que en realidad duró tres días, tras lo cual ella quedó embarazada.
Al día siguiente, regresa su marido y también se une sexualmente a su esposa. Y también resulta embarazada. Cuando Alcmena escucha todos los detalles de las batallas que le cuenta Anfitrión, ella le replica que ya lo sabe todo y además no demuestra gran efusión cuando su marido regresa. Poco después al conocerse el embarazo Anfitrión dudó de la fidelidad de su esposa.
Alcmena concibe a dos hijos, uno por intervención del dios y otro de su marido. Los niños son gemelos con un día de diferencia. El mayor se llama Heracles (Hércules) y es hijo de Zeus, mientras que de Anfitrión nace Ificles.
Resultó que Hera, la esposa de Zeus, tomó conocimiento del desliz de su marido y las consecuencias que había tenido. Estaba furiosa, no sólo por el engaño, sino porque había sido con una simple mortal. Y por todos los medios intentó evitar que el niño naciera. Pero no lo consiguió.
Las dudas de Anfitrión fueron aún mayores luego del nacimiento. Poco después del alumbramiento, Hera, continuando en su empeño de deshacerse del hijo extramatrimonial de su esposo, envió dos serpientes para que asesinaran al pequeño Hércules en su cuna, pero la descomunal fuerza del bebé al atrapar ambas serpientes, no pasó desapercibida. Anfitrión, intrigado, le pregunta al anciano adivino Tiresias sobre el asunto, y éste le revela la verdad sobre la relación entre Alcmena y Zeus.
Anfitrión deseó castigar a su esposa, a pesar de saber que ella no había tenido culpa en el asunto, y la iba a quemar en la hoguera. Zeus intervino y envió una fuerte lluvia ante lo cual, Anfitrión, finalmente, se alegró por ser el esposo de una mujer elegida por Zeus y decidió incluso hacerse cargo del hijo del dios.
Sin embargo, Hera no perdonaba. Convirtiéndose en la acérrima de Hércules, le fuerza a hacer doce trabajos, en los que a cada instante el héroe se juega la vida. Así es que estando en su segundo trabajo en Lerna luchando con la temible serpiente Hidra, Hera recurre a Carcinos, un cangrejo gigante que habitaba en la laguna de la ciudad, y le encarga que acabe con el hijo de Zeus. El animal ataca a Hércules, pero no logra su objetivo. Hércules triunfa y Hera agradece a Carcinos por su esfuerzo y lealtad, y lo envía al cielo convirtiéndolo en la constelación de Cáncer.

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