TU PSICOANALISTA SE LLAMA LUCIFER
Hoy he pensado que sería un buen momento para invitarte a acompañarme en un viaje. Es un viaje muy especial, donde quiero ofrecerte una manzana.
Puedes considerarla como la manzana del conocimiento, o puedes considerarla como la píldora roja de Matrix que te liberará de una realidad virtual para vivir en un mundo más real. En todo caso, la manzana te hará libre, sin embargo, tuya es la elección.
Soy Lilith. Y en este momento habito en Urantia. Así es como se le llama al planeta Tierra en nuestro Universo y es mi deseo compartir mis secretos contigo. La tierra me representa en esta encarnación, pertenezco a un signo cuyo elemento es la tierra y además, soy una serpiente en el horóscopo chino. Creo que elijas el mito que elijas para seguirme, lo que obtengas de mí no te dejará indiferente, en el peor de los casos te hará pensar; en el mejor te hará crecer, y en última instancia, siempre puedes elegir no tomar la manzana o elegir la píldora azul, en cuyo caso, la dulce ignorancia seguirá siendo tu canción de cuna cotidiana.
Quiero hablarte de astrología desde un punto de vista psicológico que te ayudará a entenderte mejor, a comprenderte, a profundizar en ti pero también a entender por qué te vinculas como lo haces, te invitaré a que mires en ti y observes los mitos que arrastras de tus ancestros y cuál es el dialogo que hay en tu interior.
Todo eso en su conjunto, y algunas cosas que a lo largo del tiempo iré compartiendo contigo, te ayudará a comprender cuál es tu territorio y cómo de preparado estás para salir de él.
Cuando naces en la tierra, lo haces en unas determinadas coordenadas geográficas y a una hora concreta y esto da lugar a una fotografía instantánea del cielo. En esa fotografía instantánea está la luna, está el sol, están los planetas todos y entre ellos hay un dialogo. Todo esto son pinceladas tan solo para acercarte a tu carta natal.
Una carta natal no es determinante. Puedes venir configurado para hacer grandes cosas pero puedes estar condicionado por tu mito colectivo (según Richard Idemon, se refiere al nacimiento, la muerte, al amor, al matrimonio, al dolor y a la pérdida) tu mito social (usos y costumbres de la sociedad en la que hayas nacido o vivas), tu mito familiar con su propio drama y todo esto en su conjunto forma tu propio mito personal que puede dar un diálogo distinto a tu carta natal.
Una forma de explorar vuestros propios mitos es observar a esas personas que te hacen reaccionar, justamente esas son las que están actuando como espejo para ti, no te dejan indiferente y tocan una parte de ti que se activa y en ocasiones puede ponerse en carne viva. Profundizar en esto puede sorprenderte porque verás la vida con otros ojos, de manera diferente.
Mi signo solar es tauro. Todos tenemos a tauro en nuestra carta natal.
Tauro representa lo material, lo práctico, lo tenaz. Tauro triunfa donde otros abandonaron porque quizás eran cosas difíciles de conseguir o simplemente no les daba la paciencia para enfocarse en su objetivo. Tauro es territorial, conoce su territorio, se mueve como pez en el agua en su territorio y encuentra seguridad y comodidad en su territorio. Este es el lenguaje del arquetipo de Tauro, el sentirse seguro, protegido y cómodo dentro de lo que el reconoce como su territorio.
Estas cualidades de ese arquetipo son necesidades básicas que todos comparten. Tauro puede crear un vergel de la nada, un Edén en medio de un desierto. Sabe cómo hacerlo, sabe cómo llegar a la abundancia y sabe cómo encontrar la seguridad que necesita.
Ahora bien, os planteo la pregunta, ¿es esto bueno? ¿O quizás ese Edén de seguridad y comodidad puede convertirse en su propia cárcel?
Un Edén no tiene que ser necesariamente algo benéfico y bajo esa reflexión, no querer salir de ese Edén puede llegar a ser algo realmente contraproducente.
El signo opuesto a Tauro es Escorpio. Todos los signos se mueven en un eje con su opuesto. Escorpio representa navegar en las profundidades de las noches oscuras del alma para morir y renacer. Pertenece al elemento agua y el agua nutre a la tierra. Escorpio es persistente, busca la estabilidad también, la consolidación y la reafirmación y todo esto puede ser afín a tauro y a tauro le puede gustar el coquetear con todo esto pero…para hacerlo, debe salir de sus límites, de los límites de su territorio para adentrarse en lo desconocido y con ello afrontar el miedo a lo desconocido o el miedo a la muerte.
De ahí las resistencias al cambio que algunas personas tienen más marcadas que otras.
Si no tuviéramos esos apegos, no nos costaría en absoluto desprendernos de lo que sabemos certeramente que ya no suma, apegados a esos mitos de “compromiso o lealtad” porque forman parte de nuestro propio diálogo personal, nuestro mito o nuestra zona de seguridad.
Hay personas bien formadas en decenas de talleres psicológicos, terapias alternativas y similares que conocen bien sus mitos, conocen por qué son incapaces por ejemplo de mantener una relación sólida y estable; la teoría está bien integrada, bien aprendida, sin embargo, cuando les llega el momento de abrirse a una nueva relación siempre eligen a esa persona inconveniente… otra vez y la rueda de karma brilla a todo dar con ellas. Es la historia interminable.
Eso me hace acordarme de mi amiga Hillary. En su mito personal se siente lo que yo llamo un pollo Calimero. No se ha sentido querida en su infancia, más bien se ha sentido desatendida, ninguneada y eso la llevó a pensar que no merecía ser amada.
Por eso atrae a chicos malotes a los que les pone incluso motes, “el hombre de la oxitocina”, “el poliamoroso espiritual”, “el criticón” etc. El tema es, que aun conociendo su valía, sabiendo que merece ser amada, y aun habiéndosele presentado ocasiones de entablar una relación estable, seria, duradera, con alguien que sí valía la pena, su mente se las ha arreglado para encontrar mil y una excusas para validar la idea de rechazarlo y permanecer apegada a su mito y a la repetición de su propia historia interminable.
Puede que tu mito sea otro diferente. Puede que hayas tenido que hacerte cargo y responsable de tus hermanos en la infancia, ser el sostén de un padre o madre alcohólico o ludópata, te viste privado de tu infancia y no la viviste siendo niño sino que creciste alimentando el mito de que debías ser el más fuerte. Y ahora, puedes ser una especie de Santa Teresa de Jesús con complejo de Arca de Noé y te sientes en la obligación de ayudar o acoger siempre a los más débiles y desvalidos, ya sean personas y/o animales (que de todo hay en la viña del Señor).
¿Quieres salir de ahí? ¿Quieres tomar la manzana o la píldora roja?
Déjame decirte que tu mejor amigo se llama LUCIFER. Sí, ese es el nombre de tu psicoterapeuta (no puedo evitar reír sonoramente y no de ti, sino contigo). Él será el que te ofrezca la manzana, el que te tiente a salir de ese Edén que te has forjado, el que te ayudará a transformarte (recuerda, en la filosofía china la serpiente es transformación y sabiduría) y el que traerá luz a tu vida (en la Biblia Lucifer significa “portador de la luz”).
Te estoy mirando fijamente, sonriendo sutilmente y tratando de escudriñar tu mente en busca de tu reacción… ¿elegirás la manzana? Si es así, bienvenido-a a bordo. No te aburrirás en esta travesía.
Referencias: Richard Idemon. 1996. Astrologia de las relaciones. Seminarios de Astrología psicológica. Ed. Urano.

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