Si le diera más espacio, ¿sería mejor?

Una lectora consulta:

Querida Dra. Amor:

Es simple; temo asfixiar a mi esposo. Porque quiero que forme parte de todas mis fantasías y quiero ser parte de todas las suyas y es posible que pueda verse muy harto de mi.

Verá doctora, es que nuestra forma de comunicarnos es un tanto especial, y la forma de hacernos el amor también.

Él sabe cómo llegar a mí, sabe cómo estimular mi intelecto, y nuestras conversaciones, pueden ser variopintas pero en esencia, a veces son tan intensas como hacer el amor…

¡oh vaya! Pareciera que solo pienso en eso…

Y luego es que para nada soy inmune a sus palabras y ya si hablamos de su cercanía… ni hablar, solo pienso en poner mis manos sobre su piel y andar y desandar caminos que ya mis dedos se saben de memoria, y mis labios ya ni le cuento…

Quizás si fuera algo más distante y le diera más espacio, ¿sería mejor?

Dra. Amor responde:

Estimada amiga:

¿Por qué siente usted la necesidad de dar más espacio a su esposo? ¿acaso él se lo ha requerido o ha manifestado algún tipo de inquietud al respecto?

En todo caso, y por lo que se deduce de sus palabras, está en usted el ansia viva de “poseer” a su esposo y eso responde más a una necesidad de usted misma que de su esposo.

En respuesta a su pregunta, coquetear con la sensualidad y la sexualidad es algo muy saludable, y si las expectativas que usted tiene son compartidas y deseadas por ambos, no veo problema alguno. Ahora bien, si esa necesidad que usted expresa, se traduce en ansiedad por su parte si sus expectativas no son cumplidas, entonces sí que pueden surgir problemas de frustración por no conseguir lo que desea. Cada persona expresa sus fantasías de forma diferente y tratar de controlar algo que está en el pensamiento de su esposo puede resultar un tanto inquietante y poco beneficioso para la relación.

Trate de no obsesionarse tanto y simplemente deje que la relación se exprese libremente y vea hacia donde la lleva, quizás se sorprenda.

Con Afecto:

Dra. Amor