Leyenda árabe sobre la amistad

Cuenta la leyenda que dos amigos iban caminando por el desierto. Conversando de todas las cosas que suelen conversar los amigos. Coincidiendo de vez en cuando, discrepando de cuando en cuando.

De pronto, sus diferencias se incrementaron. Ambos tomaron actitudes firmes y opuestas, la discusión se intensificó y uno de ellos abofeteó al otro. El amigo abofeteado permaneció en silencio. Miró al otro sin decir una palabra. Con una mirada larga y profunda. Luego, sacó de su alforja una vara y con ella escribió en la arena “Hoy mi mejor amigo me abofeteó”. Guardó la vara y siguió caminando en silencio.

Varias horas después llegaron a un oasis, recargaron sus cantimploras y decidieron refrescarse. Se metieron en el agua. El que había sido abofeteado se alejó de la orilla seguro que en el centro del lago el agua sería más fresca. Pero a medida que se alejaba el lago era más profundo y de pronto dejó de hacer pie y se hundió. El otro sin dudar se arrojó al agua y lo salvó. Lo llevó a la orilla y lo recostó sobre una roca enorme

Luego de recuperarse. El amigo que había sido salvado miró al otro y sonrió. En silencio, tomó de su alforja una daga filosa y con ella talló sobre la piedra en que estaba sentado “Hoy mi mejor amigo me ha salvado la vida”

El otro miró la leyenda y miró a su amigo. “¿Por qué antes escribiste sobre la arena y ahora lo haces sobre la roca?” preguntó confundido. Su amigo respondió “Porque algo como una bofetada, el perdón y el olvido, al igual que el viento sobre la arena, acabarán por borrarlo. En cambio algo como salvar una vida debe estar grabado de tal manera que nada pueda borrarlo de la memoria del corazón.”