la leyenda del arbol seco maldito
En un pueblo de montaña, corría la leyenda que había en el bosque un árbol seco. Dado que el pueblo tenía una amplia red de productos de madera que incluía la venta de leña y carbón, llamaba poderosamente la atención que ese árbol seco no hubiera sido fraccionado ya.
Tres amigos que iban de paso, llegaron al pueblo y buscaron trabajo, para poder subsistir unos días en el paraje. Pero al no conseguir nada, comenzaron a indagar y escucharon sobre el árbol. Curiosos, preguntaron al respecto y oyeron varias historias, una más increíble que la otra, pero todas sostenían que el dichoso árbol seco estaba maldito. Y que todos los que habían intentado cortarlo habían desaparecido o muerto.
Los amigos, que no creían nada de lo que habían oído, comentaron entre ellos que tal vez, si ellos lograban cortar el árbol seco y hacer leña de él, podrían reunir dinero suficiente para pasar unos días y continuar su viaje.
Luego de pedir indicaciones, partieron al bosque. El árbol seco era el más grande, se veía desde varios metros. Su color grisáceo era inconfundible y la circunferencia de su tronco, solo abarcable por más de cuatro hombres, lo hacía ver imponente. Los jóvenes llegaron ante él y cuando estaban hachando para destroncarlo, uno de ellos vio a través de un hueco del tronco un resplandor. Alertó a los otros dos y al inclinarse al pie del enorme tronco seco se encontraron con un hoyo cubierto por ramas secas y tierra, al quitar todo, en el centro del tronco hueco del árbol seco, hallaron un cofre que contenía un tesoro en piedras preciosas.
Ante la agradable sorpresa y después de la emoción lógica, pensaron qué hacer y cómo hacerlo, ya que si las autoridades se enteraban, podían llegar a confiscar el tesoro y por otro lado, también estaba el peligro de que se lo roben si la gente se enteraba. Para tomar la decisión correcta, los tres consideraron que era necesario permanecer ahí y pensar con calma, así que lo primero que harían era ir por comida. Nadie sospecharía de eso.
Sortearon y uno fue por comida y los otros custodiaban el árbol seco, no se habían atrevido aún a sacar el tesoro, temiendo que alguien se acerque y descubra todo.
¡Tenían tantas ideas!
Por lo pronto, los que se quedaron junto al árbol seco, cubrieron de nuevo el hoyo y pensaron que sería mucho mejor que ese tesoro se repartiera en solo dos partes. Mientras que el que compró comida, estaba seguro que con ese tesoro podría hacer realidad su sueño, pero para eso lo necesitaba todo.
Cuando llegó el tercer amigo con la comida, los otros dos lo mataron sin dudar. Y satisfechos, devoraron con ansias la comida mientras seguían comentando qué haría cada uno con su parte. Poco después, recogieron todo y estaban dispuestos a irse del lugar cargando su mitad del tesoro, cuando un pequeño frasco de veneno cayó vacío de la bolsa. Ambos se miraron y no mucho después sintieron en sus entrañas el efecto corrosivo del veneno acabando con sus vidas.
Unos días después y dado que los jóvenes no regresaban, alguien se internó en el bosque y encontró los cuerpos ya algo deshechos por los animales salvajes. Por supuesto, les dio sepultura y se agregaron estos tres, a la innumerable cantidad de personas que habían muerto “queriendo hachar” ese árbol seco.
Mientras tanto, el tesoro permanece oculto, en el enorme tronco del árbol seco, esperando que la estupidez humana marche por parámetros menos egoístas, crueles y extremadamente ambiciosos.

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